COGNICIÓN, EMOCIÓN Y CONDUCTA
Atley (1992) propone que una emoción podría definirse como "una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo".
Aunque implícita y contextualmente, cuando hablamos en nuestras vidas diarias de lo emocionados que estamos, no siempre entendemos si estamos contentos, enfadados, tristes o temerosos, y así usamos el término emoción, sin darnos cuenta, para referirnos a estados anímicos completamente diferentes. Esto, lejos de parecer algo que se tiene claro, implica una confusión en muchas ocasiones para los individuos, pues a menudo confunden sus "estados corporales" cuando se refieren a "sus emociones" resultando de ello expresiones tales como: "no me entiendo a mí mismo/a", "no entiendo a las personas" o "estoy completamente perdido/a", expresiones que, sin un análisis profundo, son abstractas y difusas y no ayudan al bienestar de la persona en cuestión.
La inteligencia emocional sería precisamente la encargada de "hacernos sabios" a nosotros mismos acerca de nosotros mismos. Mayer y Salovey (1997), autores de diversos trabajos acerca de la Inteligencia Emocional, dejan muy claro este aspecto, definiendo ésta como: "la habilidad para entender la emoción, el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones y promover el crecimiento emocional e intelectual".
Por otro lado, se ha de considerar que en las emociones están implicadas conductas, estados corporales de activación o desactivación fisiológica y cogniciones, por lo que las combinaciones de estos elementos hacen que las emociones sean subjetivas y, como consecuencia, diferentes ante un mismo estímulo o contexto y en distintos individuos.
La palabra conducta viene del latín “conductus” y significa “guiar o conducir”
La conducta es el conjunto de acciones del individuo, la forma en la que se relaciona con el medio y sus reacciones ante las circunstancias.
Tipos
Innata, adquirida, observable, voluntarias, involuntarias, adaptativas, no adaptativas, agresiva, pasiva, asertivas, condicionada, respondiente, operante.
Lo cognitivo y lo conductual se relaciona con la emoción, ya que lo que hago, siento y pienso influyen directamente en cada una de ella.
La emoción desde la perspectiva Cognitiva
Las emociones son experimentadas continuamente. Nuestro estado emocional varía a lo largo del día en función de lo que nos ocurre y de los estímulos que percibimos. Esto no quiere decir que siempre seamos conscientes de ello y que sepamos describir qué tipo de emoción tenemos en un momento dado. Para entender el aspecto cognitivo de la emoción haremos referencia a Wukmir (1967), quien planteó que las emociones son respuestas inmediatas del organismo que le informan de lo favorable o desfavorable de una situación o estímulo concretos. Si la situación parece favorecer la supervivencia, la emoción experimentada sería positiva (alegría, satisfacción, etc.), de lo contrario se experimentaría una emoción negativa (tristeza, rabia, miedo).
Haremos referencia a un clásico de la psicología cognitiva, Neisser (1967), para quien la cognición implica cualquier proceso relacionado con la transformación, síntesis, elaboración, almacenamiento, recuperación y utilización de estímulos sensoriales (cfr. Duncan y Barret, 2007). Cuando hacemos referencia a este tipo de procesos, lo hacemos con el término de "computacionales" y que, como es bien sabido, son procesos de comparación, categorización, etc., los cuales contribuyen a la resolución de problemas, la elaboración de juicios y, como consecuencia de todo ello, a la toma de decisiones (Winkielman, Knutson, Paulus & Trujillo, 2007).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario